
Todo síntoma es un reflejo de nosotras mismas, de la calidad de nuestras emociones, pensamientos y de nuestra vida en general.
A lo largo de nuestra vida acumulamos emociones negativas como resentimiento, rabia, tristeza, inseguridad, culpa, frustración, entre muchas otras, que si no sabemos gestionar, ellas aparecen a través del cuerpo como síntomas y enfermedades.
El cuerpo se expresa a través de un dolor de rodilla, insomnio, acné, dolores menstruales, asma, dolor de espalda, cáncer, depresión, estrés, jaqueca, dolor de garganta, diabetes, hemorroides, alergias, etc.
Entendemos un síntoma como algo malo, queremos soluciones rápidas, tomamos remedios para adormecerlo, ignorando pequeñas dolencias hasta que se transforman en enfermedades más complejas.
Nos sentimos desafortunadas, la vida se nos viene abajo y nuestro estado anímico decae, agregando aún más carga negativa a dicha situación.
Sin embargo, el sintoma contiene gran información de nosotras mismas, de nuestra vida e historia, y es el encargado de mostrarnos que hay algo que debemos observar y modificar para evolucionar en algún aspecto específico en nuestras vidas.
Generalmente en edad temprana, cuando el ser humano no es capaz de gestionar alguna emoción dolorosa, carencias y traumas, busca estrategias para sobreponerse y continuar, tales como estructuras mentales, ansiedad, frustración, dispersión, adicciones (comida, drogas, alcohol, trabajo, sexo, estudio, compras), fobias, etc. Estas estrategias son útiles en ciertas fases de la vida, pero llega un momento en que el cuerpo ya no puede hacerse cargo de las emociones bloqueadas, indicándonos con el síntoma, que hay algo que ya no está bien en nuestras vidas y que estamos listos para enfrentar.
Nuestro cuerpo es sabio por naturaleza y todos tenemos las herramientas internas para ser nuestras propias Sanadoras, sólo debemos aprender a observar y escuchar lo que el cuerpo nos intenta mostrar.
Revisa el siguiente video donde puedes ver una explicación muy clara de cómo nuestros pensamientos y emociones producen la enfermedad.
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Un comentario sobre “LA ENFERMEDAD COMO PROCESO DE APRENDIZAJE”