
Lo siento, pero mi deber no es ilusionarte, sino más bien contarte que sanar nuestra autoestima no es un trayecto donde todo es color de rosa, sino más bien un proceso que requiere trabajo, perseverancia y valentía.
Creer que amor propio implica simplemente cuidarnos, poner límites y priorizarnos es, a penas, una parte de lo que significa amar cada pedacito de nosotras mismas.
Para querernos primero tenemos que conocernos, mirar hacia dentro para identificar todo lo que está impidiendo tener un mejor trato interno.
En ese proceso vamos encontrándonos con nuestra sombra, aquellos aspectos, vivencias o emociones que evadimos y reprimimos. Vamos descubriendo en nuestra historia aquellos episodios que nos alejaron de nuestra autoestima y de donde provienen determinadas creencias que dan vida a nuestro diálogo y trato interno.
En ese proceso vamos cambiando nuestra forma de elegir, pensar, decidir o actuar. Hay cosas que van quedando atrás y otras que comienzan a llegar y esos cambios no siempre son fáciles de gestionar.
Porque trabajar en nuestro amor propio significa abrirnos a lo incierto, a romper patrones, cuestionar nuestros valores y salir de nuestra zona de confort, y eso se hace mirando de frente nuestros miedos.
Y no es que quiera desilusionarte sino mostrarte que trabajar en una misma es un camino diario, un proceso con múltiples desafíos, pero que al mismo tiempo nos regala la satisfacción diaria de conocernos, respetarnos, superarnos, querernos, cuidarnos, entendernos y sanarnos, ayudándonos a mejorar la forma en que nos desenvolvemos y desarrollamos, tanto a nivel personal, así como con los demás.
Por eso es tan importante el compromiso que tengas contigo misma en este camino de autoconocimiento y desarrollo personal, además del vínculo, apoyo y guía que pueda entregarte tu terapeuta floral.

Para agendar una hora pincha AQUÍ