LA IMPORTANCIA DE CONOCER Y GESTIONAR NUESTRAS EMOCIONES

Con el paso de los años, lamentablemente, se ha vuelto cada vez más normal relacionarnos con palabras como estrés, depresión, angustia, crisis de pánico y ansiedad.

El acelerado mundo, el enfoque exitista y el desarrollo tecnológico han fomentado el desequilibrio mental y emocional de la población.

Sin embargo, de la misma forma que crece el descontento, es también cada vez más común en nuestro vocabulario palabras como mindfulness, yoga, meditación, couching, terapia y psicología, cosa que antiguamente parecia ser sólo para “locos”.

A terapia no va quien tiene problemas, problemas tienen todos. A terapia va quien quiere resolverlos.

Se hace evidente una población que sobre reacciona ante la impotencia o frustración, o que se enferma por no saber comunicar o resolver sus problemas de forma adecuada. Altos niveles de irritabilidad, cambios de humor, dolores de cabeza, insomnio, estrés y depresión provenientes principalmente, de los conflictos que no sabemos manejar en las relaciones interpersonales así como en el ámbito laboral.

LA FUNCIÓN DE LAS EMOCIONES

Nuestra vida y desiciones se basan en la infinidad de sensaciones o sentimientos que experimentamos a diario, las que van guiando nuestro actuar en cada momento.

Catalogamos las emociones como buenas o malas, y tendemos a reprimir, callar o luchar con aquellas que nos parecen inadecuadas, logrando finalmente el efecto contrario; que esa emocion tome aún mayor protagonismo, y probablemente termine por enfermarnos en un mediano a largo plazo.

Todo lo que pasa en nuestro interior se ve reflejado en la forma en que reaccionamos ante el mundo: como nos relacionamos con los demás y con lo que nos sucede a nivel personal y profesional. Es por esta misma razón que conocer más de tus emociones es también conocerte a ti misma, comprender por qué en determinadas ocasiones actuamos de una forma que no nos hace sentir bien o que termina por perjudicarnos a nosotras mismas y a quienes nos rodean.

Todas las emociones son buenas en su justa medida y cada una cumple una función importante en nuestro desarrollo personal, ya que ellas nos mantienen alerta ante lo que es bueno o malo para nosotras. 

Reprimir algunas así como expresar en exceso otras terminan haciéndonos mal. Lo que nos hace bien es el equilibrio de ellas y la gestión adecuada, en el momento adecuado y de la forma que nos beneficien y busquen nuestro bienestar y el de los demás.

Existen 4 emociones denominadas como básicas y que todos podríamos reconocer como tal:

Tristeza: nos motiva a pedir ayuda y apoyo de los demás, nos invita a reflexionar y hacer introspección para poder identificar que hay algo que duele o hace falta. Nos lleva a crear un espacio de encuentro con nosotras mismas, permitiéndonos renovar la energía, descubrir nuestro poder de resiliencia y de transformación del dolor en aprendizaje y evolución personal. 

Muchas personas no logran identificar la tristeza en sus vidas, ya que se oculta entre otras emociones o estrategias mentales. Cuando reprimimos o no nos permitimos experimentar la tristeza podría terminar en algún síntoma o enfermedad, así como cuando permanece por mucho tiempo sin poderla sanar podría llevarnos a la apatía, angustia, desinterés o depresión.

Miedo: nos motiva a actuar para evitar consecuencias negativas, nos ayuda a estar alerta para advertirnos de algún peligro, activando un mecanismo de pelear o huir ante una emergencia o situaciones que requieren que vayamos con prudencia.

Cuando el miedo pierde su rol de protección, manifestándose constantemente en nuestras vidas, se convierte en nuestro enemigo, ya que nos impide hacer cosas que deseamos, bloqueando nuestro crecimiento y evolución personal. Cuando el miedo es permanente podría llevarnos a la tristeza, rabia, frustración, impotencia, apatía, pesimismo, tensión, nervios, insomnio, estrés o ansiedad y que podrían terminar enfermándonos.

Rabia: nos motiva a mejorar y modificar lo que no nos permite crecer y desarrollarnos de forma saludable, a luchar contra los errores y las injusticias y a poner limites cuando nos damos cuenta que hay algo que nos está incomodando o no nos hace bien.

La rabia reprimida podría ocasionarnos tensión, dolores de cabeza, problemas estomacales, insomnio y/o estrés. Cuando permanece en el tiempo podría llevarnos a un círculo de pesimismo, frustración, impotencia, desconfianza, resentimiento e incluso terminar en violencia física o psicológica con tu entorno. Recuerda que tras la rabia se podrían esconder miedos, inseguridades, tristeza, carencias, decepción, baja autoestima, intolerancia, impaciencia, entre muchas otras cosas.

Alegría: nos motiva a repetir acontecimientos que nos hacen sentir bien, guiándonos en la búsqueda de más de aquello. 

También existen quienes encubren en una imagen de alegría sus problemas, o buscan constantes estímulos para mantenerse en un estado de aparente felicidad, como forma consciente o inconsciente de evadir emociones como las descritas anteriormente. Evadir, ocultar o reprimir nuestras emociones puede llevarnos a la ansiedad, estrés, dolores de cabeza, tensión, insomnio, adicciones, entre otras cosas.

FLORES DE BACH Y LAS EMOCIONES

La terapia con Flores de Bach trabaja directamente en nuestras emociones, ayudando a tomar conciencia de cuando ellas dejan de cumplir su función, entorpeciendo nuestro sano desarrollo personal.

Existen Flores que trabajan la rabia, los miedos y la tristeza, así como también las que potencian nuestro estado de alegría, trabajando en nuestra autoestima y capacidad de disfrute.

Cuando aceptamos, reconocemos, comprendemos, expresamos y manejamos nuestras emociones de forma adecuada podemos transformarlas en nuestra guía diaria que nos permite buscar el equilibrio y en consecuencia la salud, armonía y felicidad.

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ABUNDANCIA

Es importante para comenzar a hablar sobre abundancia, hacer un pequeño alcance o definir antes que todo ¿qué es abundancia?, ya que para muchos ser abundante sólo se relaciona con el éxito económico.

Según la RAE se define abundancia a la gran cantidad de alguna cosa así como a la prosperidad, riqueza o bienestar.

Ser una persona abundante puede relacionarse a un sin fin de aspectos en nuestras vidas y, que estos a su vez, sean abundantes y generosos.

Podemos mencionar algunos ejemplos, que seguramente la mayoría de las personas soñamos con tener y por lo que trabajamos día a día por conseguir:

Tener relaciones armónicas con la o las personas que amamos, un trabajo que nos haga feliz, ser saludables, poseer el dinero suficiente para cumplir nuestros sueños y propósito de vida, alimentos que nos nutran y aporten a nuestra salud, una vida alegre y sin problemas, el automóvil que necesitamos para ir a trabajar o llevar a las/os niñas/os al colegio, una casa que nos permita vivir tranquilas, entre muchas otras cosas.

LA ABUNDANCIA Y LA TERAPIA FLORAL

El universo es abundante en todo sentido, pero nos enseñan a pensar de forma inversa, que todo es poco, que tenemos que sufrir para conseguir lo que deseamos o que sólo algunos pueden tener lo que quieren.

Nuestra cultura y entorno familiar nos ha enseñado que sólo obtenemos lo que queremos si trabajamos duro por eso, ademas hemos aprendido a relacionarnos con el dinero desde creencias negativas que se han grabado en nuestro inconsciente.

En terapia nos enfocamos en identificar dónde están tus bloqueos y porqué no está llegando eso que tanto deseas a tu vida. Con la ayuda de las Flores de Bach traemos al plano consciente todo lo que te impide avanzar hacia tus logros y realización personal y, habiendo comprendido que es lo que te esta limitando, trabajamos en el cambio de pensamiento para modificar tu realidad hacia una vida que te haga ser y sentirte abundante.

Hagamos un ejercicio…

Existen también formas que trabajan en nuestro inconsciente. A través de ejercicios prácticos podemos sintonizar con la energía de la abundancia, y que nos ayudan a modificar nuestras creencias en relación a la abundancia y merecimiento.

PONIENDO EN PALABRAS LA ABUNDANCIA

Realizar periódicamente una lista sobre las cosas que nos hacen o harían sentir abundantes, es una forma de reconectar con nuestra capacidad de materializar lo que realmente queremos lograr en nuestras vidas.

Al escribir comenzamos a conectar con la energía de la abundancia, aprendemos a modificar nuestro pensamiento sobre el merecimiento y, de forma indirecta, potenciamos y direccionamos nuestra propia energía hacia lo que deseamos.

Comencemos…

Necesitarás papel y lápiz, además de un espacio tranquilo donde puedas visualizar y conectar con todo eso que anhelas.

Escribe todo lo que quieres lograr en tu vida, todo lo que te haría sentir abundante y feliz, como por ejemplo:

✔️Fuerza para enfrentar los desafíos.

✔️Creatividad en los nuevos proyectos.

✔️Apertura al amor y merecimiento.

✔️Ser capaz de definir límites.

✔️Un trabajo donde puedas sentirte feliz.

✔️Coraje para realizar tus sueños.

✔️Aprender a tener tiempo de descanso.

✔️Voluntad para alimentarte mejor.

✔️Capacidad de disfrutar las cosas simples de la vida.

  • Escribe siempre en positivo, reemplaza los NO. “No me quiero enfermar” por “quiero salud y energía en mi vida”.
  • Si prefieres puedes tener un cuaderno para ir, mes a mes, escribiendo tus propósitos. Establece una fecha, como por ejemplo el último o primer día de cada mes.
  • Cada mes vuelve a leer la lista anterior, es importante agradecer antes de volver a hacer la nueva lista.

Poco a poco comenzaras a vivenciar como cada cosa que escribes comienza a hacerse realidad.

Lo importante es que puedas ver que no sólo el éxito económico nos hace sentir abundantes, y que el dinero es apenas un medio para alcanzar nuestros sueños, una energía de intercambio y algo que todas merecemos por igual.

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CREENCIAS LIMITANTES

¿Te has puesto a pensar cuantas afirmaciones limitantes repetimos día a día sin darnos cuenta?

  • No puedo
  • No soy lo suficientemente buena
  • No sirvo para eso
  • Me sale mal
  • Es muy difícil
  • Es arriesgado
  • ¿Qué dirán los demás?
  • ¿Y si no resulta?

Escuchamos y repetimos tanto esos pensamientos o ideas que se han instalado en nuestra mente como verdaderas creencias.

“Si lo crees lo creas”

A medida que vamos creciendo nuestro entorno social y familiar comienza a llenarnos de patrones, mandatos y creencias.
Absorbemos y permitimos que lo que otros dicen o piensan de nosotras, modifique nuestra personalidad o esencia.

Cada vez que pensamos en que no somos capaces de algo, lo estamos reafirmando de forma inconsciente, y con eso limitamos nuestro sano desarrollo personal y nuestro potencial.

Nos enseñan que sólo existe un camino, y con eso nos convencemos de que no somos lo suficientemente buenas y a creer que lo que hacemos, decimos o somos, no esta bien.

Lo cierto es que tu mente sólo recibe instrucciones, por esta misma razón es que hoy, esas creencias las puedes modificar.

✔️Toma conciencia de QUÉ te impide SER o HACER lo que realmente deseas.
✔️Comienza a modificar tu lenguaje, pensamientos e ideas sobre ti misma.
✔️Haz afirmaciones positivas, es la forma más fácil y rápida de transformar esas creencias que bloquean el desarrollo saludable de tu individualidad.

Yo puedo, soy capaz, lo intentaré, saldrá bien y soy suficiente, pueden ser algunas de tus nuevas afirmaciones.

Dentro de ti existen infinitas capacidades, dones y talentos que se fueron bloqueando de acuerdo a tus experiencias y mandatos a lo largo de tu historia.

Cuando comienzas a trabajar tus miedos, autocrítica, culpas y/o creencias limitantes, comienzas a entender y experimentar todo tu potencial.

Al comprender que tus límites son sólo mentales, puedes ir más allá de lo que piensas posible.

Convéncete a ti misma de que “querer es poder”.

QUIERO, MEREZCO, PUEDO Y SOY CAPAZ.

Repítelo cuantas veces consideres necesario hasta creértelo realmente.
Y si es en voz alta mucho mejor.

No dejes que tu mente te domine, se tu quién la domine a ella.

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MIEDO, NUESTRO PEOR Y SILENCIOSO ENEMIGO

El miedo es una reacción física y mental ante una situación que interpretamos como peligrosa. El cerebro se paraliza, regresando a la reacción de “pelear o huir”.

Es una emoción de alerta y protección ante situaciones de peligro real, cuando este no lo es, se convierte en algo patológico, y mientras menos lo enfrentamos más crece, pudiendo limitarnos en nuestra vida diaria y bloquearnos al punto de no ser capaces de reaccionar ante una situación de emergencia real.

Existe miedo real cuando su dimensión está en correspondencia con la dimensión de la amenaza. Existe miedo neurótico cuando la intensidad del ataque de miedo no tiene ninguna relación con el peligro. Ambos, miedo real y miedo neurótico, fueron términos definidos por Sigmund Freud en su teoría del miedo. En la actualidad existen dos conceptos diferentes sobre el miedo, que corresponden a las dos grandes teorías psicológicas que tenemos: el conductismo y la psicología profunda. Según el pensamiento conductista el miedo es algo aprendido. En el modelo de la psicología profunda el miedo existente corresponde a un conflicto básico inconsciente y no resuelto, al que hace referencia.

Wikipedia.

Los miedos más comunes son:

  • Miedo a hablar en público
  • Miedo a fenómenos naturales
  • Miedo a la soledad
  • Miedo a la muerte
  • Miedo a ciertos animales
  • Miedo a la oscuridad 
  • Miedo a las alturas
  • Miedo a la autoridad
  • Miedo al cambio
  • Miedo a no tener el control de las cosas
  • Miedo al fracaso
  • Miedo a la pobreza
  • Miedo al desamor
  • Miedo a ser robado
  • Miedo a volar en avión
  • Miedo a lo desconocido
  • Miedo a lo nuevo
  • Miedo a expresar sentimientos
  • Miedo al ridículo
  • Miedo al rechazo
  • Miedo a la crítica 
  • Miedo a ser diferente, a no encajar
  • Etc, etc, etc.

Si observamos esta lista, podemos darnos cuenta que nos pasamos la vida limitados por diversos miedos. Ellos nos impiden tomar riesgos, alejándonos de las oportunidades cuando se nos presentan. Tenemos tanto miedo al fracaso que preferimos no arriesgarnos.

EL MIEDO LIMITA NUESTROS SUEÑOS

Todas, sin excepción, sentimos algún tipo de miedo, y estos, en ciertas etapas de la vida, nos impiden avanzar hacia nuestro desarrollo personal. Nos acomodamos en nuestra zona de confort, aún cuando ella no nos hace felices del todo, es el lugar en que nos sentimos seguras, ya que ante la sola idea de hacer algún cambio los temores aparecen.

En momentos en que nos sentimos estancados resulta vital preguntarnos: ¿qué nos está impidiendo avanzar?, ¿porqué no arriesgarnos por aquello que anhelamos?, ¿porqué nos dejamos influenciar por las opiniones de los demás?, ¿cuándo dejamos de ser protagonistas de nuestras vidas y pasamos a ser meros observadores?…

Con seguridad descubriremos que algún miedo nos está paralizando.

Los miedos pueden ser consecuencia de padres sobre protectores, exigentes, muy permisivos o ausentes, una experiencia traumática, el desamor, la muerte de alguien querido, el abandono o una traición, sólo por mencionar algunas.

COMIENZA A IDENTIFICAR TUS MIEDOS

Superar el miedo es una habilidad que todos podemos aprender y la única forma de superarlo es enfrentándolo.

Cuando huyes, no sólo vas en contra de ellos, sino de ti misma, provocando estrés, ansiedad, enfermedades e insatisfacción ante la vida.

¡Comencemos!

Busca un momento de tranquilidad, donde puedas ser sincera contigo misma y hazte la mayor cantidad de preguntas y respuestas que puedas.

Haz memoria de las veces que te has visto en una situación en que tenías muchas ganas de hacer algo y no fuiste capaz de lograrlo, o de algo que sueñas con hacer, pero te parece imposible o muy difícil de alcanzar.

  • ¿cómo te sentiste o te sientes al respecto?
  • ¿qué te impedía o impide conseguir lo que deseas?
  • ¿qué miedos identificas?
  • ¿Qué piensas que puede pasar si te atreves a intentarlo?
  • ¿Estás escuchando tus deseos o los estás ignorando?
  • ¿A los demás no les parece bien lo que tú sueñas con hacer?
  • ¿Sientes que no logras avanzar en tu vida?
  • ¿Cómo cambiaría tu vida si lo afrontarás?

Intenta recordar tantas situaciones como te sea posible, así podrás identificar un comportamiento repetitivo (patrón) que te ayudará a identificar de dónde provienen tus miedos.

MODIFICANDO LOS PATRONES

Cuando somos pequeñas el miedo nos protege, pero cuando somos adultas si este nos paraliza, angustia o impide avanzar en la vida, es tiempo de superarlos. 

Cuando logramos identificar el origen de nuestros miedos, estamos frente a la posibilidad de confrontarlos, lo que no sólo nos permitirá avanzar en nuestros proyectos y sueños, sino que también nuestra seguridad y autoestima se verán beneficiadas.

Dale la bienvenida al miedo, míralo como una oportunidad de crecimiento y de expandir tus oportunidades. Toma la decisión de cambiar y simplemente confía en ti.

  • No te identifiques con tus temores y convéncete a ti misma de que NO ERES TUS MIEDOS.
  • Date cuenta que los miedos son sólo erróneos patrones mentales, que puedes reemplazarlos con nuevos pensamientos e ideas.
  • La palabra es poderosa, convéncete de tu valentía, seguridad y autoestima.
  • Auto motívate cuantas veces sea necesario.
  • Proponte pequeños desafíos a tu medida, desafíos que podrán ser difíciles, sin embargo podrías cumplir.
  • Los miedos están sólo en tu mente, pensamos que otros perciben lo que nos sucede, cuando la mayoría de las veces sólo nosotras somos quienes percibimos eso. Actúa con seguridad, camina con seguridad, habla con seguridad, da pasos con seguridad.
  • Cada vez que te des cuenta de tus miedos, no te paralices, ellos están sólo en tu mente. Continúa aunque el miedo este presente, si realizas lo que antes te era imposible, lo has logrado, y verás como poco a poco ellos comienzan a desaparecer.
  • Tus miedos se transformarán en confianza y seguridad y ellos ya no dominarán tu vida.
  • Cuando te alejas de lo que te produce el miedo, este se hace cada vez más grande y real, no dejes que te controle y comienza a contrólalo tú a él.

No enfrentar nuestros miedos nos produce ansiedad, insomnio, tristeza, angustia, insatisfacción y en consecuencia infelicidad.

Pregúntate hace cuánto tiempo sueñas con hacer un nuevo proyecto, cambiar de trabajo, de ciudad, terminar una relación que no te hace bien o tal vez ampliar tu red de amigos.

El primer paso para superar nuestros temores es aprender a identificarlos, sólo así podremos comenzar a enfrentarlos y con el tiempo a extirparlos de nuestra vida. No dejes que tus miedos te estanquen y comienza a abrirle la puerta a la realización personal.

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GRATITUD

Acostumbramos a pedir mucho y tal vez, agradecemos poco, sin embargo la práctica de la gratitud genera más gratitud.

Uno de los hábitos más comunes en las personas que se sienten felices y exitosas es practicar el agradecimiento de forma diaria y constante. Sentirse agradecido de forma sincera aumenta nuestra calidad de vida y fomenta la reciprocidad.

Los pensamientos son el lenguaje del cerebro y los sentimientos el lenguaje del cuerpo. Al agradecer elevamos nuestra vibración, a través del lenguaje de positivismo y abundancia, transmitimos un mensaje de que tenemos lo que necesitamos y que nos sentimos bendecidos por cosas que a veces damos por sentadas.

  • Una cama donde dormir.
  • Un plato de comida.
  • Una ducha con agua caliente.

Tenemos la tendencia a enfocarnos en lo que nos falta, en vez de centrarnos en nuestros logros.

Practicar el agradecimiento no tiene que ver con resignarse, sino con abandonar las propias limitaciones, las prisas y las urgencias por cambiar las cosas.

Cuando trabajamos por obtener resultados rápidos generarnos ansiedad y expectativas, que mientras menos satisfechas más insatisfacción y frustración sentiremos.

Ser agradecido, no es sólo agradecer a los demás, sino también valorarnos y agradecernos a nosotras mismas todo lo que somos y lo que hemos conseguido.

Agradecer cambia el modo de ver la vida, haciendo que podamos apreciar, valorar y vivir el presente, aceptando la vida tal como es y alejando la insatisfacción derivada de pensar en cómo creemos que debería ser.

Aprendemos a reconocer las verdaderas bellezas de la vida, lo simple y lo que realmente vale la pena vivir.

¿Cuantas veces dejamos pasar cosas de la vida diaria, aspirando siempre a más, reclamando y no valorando lo que tenemos hoy?

Desperdiciamos horas, días y años, cuando lo realmente importante está frente a nosotras.

Cuando reclamamos enviamos un mensaje de instatisfacción y negatividad. Nuestras cuentas parecen cada vez ser más altas, nuestro trabajo se siente más pesado y la vida en general parece no satisfacernos.

El poder de la gratitud funciona de la misma forma, cuando agradecemos enviamos un mensaje positivo y de abundancia, alimentando nuestra vida de alegria, éxito y satisfacción, el trabajo nos parece más agradable, el dinero parece ser nuestro amigo y nuestras relaciones mejoran, simplemente al darle valor a lo que tenemos, la vida se encarga de devolver aún más.

¿SABÍAS QUE…

Repetir algo nuevo durante 21 días seguidos son necesarios para transformarlo en un nuevo hábito en tu vida?

Por eso te propongo que durante 21 días escribas todo por lo que te sientes agradecida:

✔️Las buenas personas que te rodean.

✔️Tener salud.

✔️Tener trabajo.

✔️Tus dones y talentos.

✔️Tus logros personales.

✔️Tener tiempo para compartir con quienes amas.

✔️Los abrazos de tus hijas/hijos.

✔️Tener un techo donde dormir.

✔️Tener abrigo en los días de frío.

✔️Tener agua potable para beber.

✔️Ver el sol por la mañana.

✔️Conocer nuevos lugares.

✔️Apreciar la naturaleza.

✔️Tener aire limpio para respirar.

✔️etc, etc, etc.

Cuando hagas tus listas no debes mirar la lista del día anterior. Al finalizar observa que es lo que te hace sentir agradecida, no olvides observar si TÚ también estás en estas listas.

Recuerda que hay personas que no tienen cosas que a veces nos parecen tan obvias, sin las que nuestro día a día no sería lo que es hoy.

Mientras más realizamos el ejercicio de la gratitud, más sentiremos satisfacción y cada vez seremos más conscientes por lo que sentirnos agradecidas.

No olvides en tus malos momentos volver a leer tu cuaderno o listas de gratitud, esto te recordará las cosas buenas que hay en tu vida, esas que son reales y has experimentado tu misma.

Y ten siempre presente que no se trata de resignación o dejar de luchar por lo que anhelas, siempre tenemos la oportunidad de modificar las cosas cuando estás no nos hacen feliz.

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¿SOLEDAD O BUENA COMPAÑÍA?

“Vivimos solos, morimos solos, todo lo demás es ilusión”

Orson Welles.

La mayoría de los problemas abordados en terapia, con el tiempo, nos llevan a enfrentar el gran miedo que nos produce sentirnos SOLAS, y del que, gastamos la vida entera intentando huir.

Nuestro vacío emocional se genera a edad temprana, ya sea por abandono o carencias emocionales reales o inconscientes, el que intentamos compensar de diversas formas a lo largo de nuestra vida.

Nos llenamos de estímulos externos para evadir la sensación de soledad, la que preferimos llamar de ansiedad, insomnio y/o depresión. 

¿Por qué nos cuesta tanto estar simplemente con nosotras mismas?, ¿por qué vivimos en una constante escapatoria inconsciente de nuestro YO interior? y ¿por qué somos incapaces de escucharnos y darnos un tiempo de amor interno?

Mirar cara a cara la soledad nos produce un miedo del que no tenemos plena conciencia, ya que aprendimos a lo largo de nuestra vida a crearnos diversas estrategias para sobreponernos a nuestras carencias emocionales.

Pero enfrentar nuestros miedos no tiene por que ser una tortura, puedes comenzar por ir al cine sola o a tu restaurante o café favorito.

Comienza a hacer meditación, yoga o alguna actividad que te permita el encuentro contigo misma. Sólo cuando te sientas preparada realiza esas actividades que siempre quiseste, pero que requieren más coraje de tu parte, como ese viaje en solitario o un proyecto independiente.

Al principio puede parecer incómodo y habrán momentos en que será más difícil, vendrán los miedos, ansiedad y tristeza, pero con el tiempo irás sintiendo, cada vez más, que tu compañía simplemente es la mejor.

Observa cómo te sientes en esos momentos, comienza a escucharte, a entenderte y a amarte, hazte cargo de tus emociones; cuanto más entiendas que en ti se encuentran las respuestas, menos estímulos externos necesitarás para estar en equilibrio contigo misma.

Antes de darle tiempo a otros date tiempo a ti misma, no te dejes para después, consiéntete, mírate al espejo, quiere tu cuerpo, ríete de ti misma, baila, canta, viaja, se curiosa y aprende cosas nuevas.

Aprender a estar contigo misma te brindará la constante sensación de paz interior y te invitará a tomar conciencia de que, pase lo que pase, eres TU MEJOR COMPAÑÍA.

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EL PODER TERAPÉUTICO DE LA ESCRITURA

La escritura es una de las formas más antiguas de comunicación y expresión, gracias a ella es que conocemos parte de la historia del mundo y que nos permite transmitir y mantener conocimiento de generación en generación.

La Biblia, los Códigos Mayas, la Declaración de Derechos Humanos y hasta tu libro favorito no serían posibles si alguien no hubiera tomado un lápiz y un papel.

Como seres humanos, comunicar y expresar nuestras emociones resulta vital y en ocasiones esa necesidad básica es compleja, incluso para algunas resulta imposible, lo que acarrea bloqueos emocionales y en consecuencia desequilibrios en nuestra vida en general.

¿Cuantas veces te ha sido más fácil escribir lo que sentías a través de redes sociales, email, o antiguamente una carta de puño y letra, en vez de decirlo personalmente?

Cuando somos pequeñas escribimos diarios, los que guardamos bien para que nadie los vea, porque ahí están nuestras verdades, deseos y emociones, esas que muchas veces no somos capaces de verbalizar.

En un cuaderno o libreta puedes plantearte objetivos, escribir sobre cuáles son las barreras que no te permiten avanzar en la vida, los sueños del día anterior, lo que te hace feliz o sobre que quisieras atraer a tu vida y que por alguna razón no estás consiguiendo.

Al escribir estas reconociendo, tomando conciencia, y automáticamente, liberando tus emociones.

Comenzando a escribir…

  • Escribe tus sueños, metas y objetivos semanales, mensuales o anuales.
  • Escribe lo que sientes, lo que piensas, sin pensar si tiene sentido o no.
  • Escribe como te sientes al iniciar y al terminar una meditación.
  • Escribe sobre tu historia, los eventos que marcaron tu vida, los recuerdos con tu familia y sobre tu infancia.
  • Escribe una carta para cerrar procesos, la que no es necesaria enviar.
  • Escribe un poema o una canción.
  • Escribe, escribe, simplemente escribe.

Al escribir te sentirás más leve, aprenderás a sincerarte contigo misma, a ser más consciente de lo qué pasa en tu interior y tal vez sea un buen comienzo para mejorar tu forma de comunicación en general.

Son muchas formas en las que puedes usar la escritura como herramienta terapéutica, busca la tuya y verás que con el tiempo no querrás parar de escribir.

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LA ENFERMEDAD COMO PROCESO DE APRENDIZAJE

Todo síntoma es un reflejo de nosotras mismas, de la calidad de nuestras emociones, pensamientos y de nuestra vida en general.

A lo largo de nuestra vida acumulamos emociones negativas como resentimiento, rabia, tristeza, inseguridad, culpa, frustración, entre muchas otras, que si no sabemos gestionar, ellas aparecen a través del cuerpo como síntomas y enfermedades.

El cuerpo se expresa a través de un dolor de rodilla, insomnio, acné, dolores menstruales, asma, dolor de espalda, cáncer, depresión, estrés, jaqueca, dolor de garganta, diabetes, hemorroides, alergias, etc.

Entendemos un síntoma como algo malo, queremos soluciones rápidas, tomamos remedios para adormecerlo, ignorando pequeñas dolencias hasta que se transforman en enfermedades más complejas.

Nos sentimos desafortunadas, la vida se nos viene abajo y nuestro estado anímico decae, agregando aún más carga negativa a dicha situación.

Sin embargo, el sintoma contiene gran información de nosotras mismas, de nuestra vida e historia, y es el encargado de mostrarnos que hay algo que debemos observar y modificar para evolucionar en algún aspecto específico en nuestras vidas.

Generalmente en edad temprana, cuando el ser humano no es capaz de gestionar alguna emoción dolorosa, carencias y traumas, busca estrategias para sobreponerse y continuar, tales como estructuras mentales, ansiedad, frustración, dispersión, adicciones (comida, drogas, alcohol, trabajo, sexo, estudio, compras), fobias, etc. Estas estrategias son útiles en ciertas fases de la vida, pero llega un momento en que el cuerpo ya no puede hacerse cargo de las emociones bloqueadas, indicándonos con el síntoma, que hay algo que ya no está bien en nuestras vidas y que estamos listos para enfrentar.

Nuestro cuerpo es sabio por naturaleza y todos tenemos las herramientas internas para ser nuestras propias Sanadoras, sólo debemos aprender a observar y escuchar lo que el cuerpo nos intenta mostrar.


Revisa el siguiente video donde puedes ver una explicación muy clara de cómo nuestros pensamientos y emociones producen la enfermedad.


NO OLVIDES CONSULTAR A UN MÉDICO SIEMPRE QUE SEA NECESARIO.

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